martes, 23 de abril de 2013

Mientes, te haces daño y luego te arrepientes

A veces las respuestas que se dan a una pregunta no son las que realmente pensamos, ¿por qué mentimos entonces?

La primera mentira comienza cuando somos pequeños y nuestros padres pretenden castigarnos si nos descubren alguna mentira, por tanto, al tenerle miedo mentimos más y fingimos para no ser castigados. Son los "maestros de la mentira". También se miente cuando te hacen un regalo que no te gusta y con una sonrisa falsa dices "Gracias, me gusta".

Una cosa es mentirse a sí mismo, donde el ser humano es el único animal de realizar tal acción. Los animales engañan a sus presas o competidores con tal de sobrevivir. Y es ahí cuando nos comportamos como verdaderos animales, engañando a los que nos rodean. No siempre engañamos con la intención de dañar sino que a veces tratamos de protegernos o proteger al que nos pregunta un ¿qué tal estas? Esa mentida piadosa que se dice para no causar pena o por tal de no discutir con alguien. Otras veces mentimos para proteger nuestra intimidad o la de otra persona, o por quedar bien. Al fin y al cabo es lo mismo una mentira de omisión que de negación, pues provoca un ambiente de desconfianza entre dos personas.  


Pero.. ¿quién tiene la culpa de mentir? ¿Lo hacemos inconscientemente o planeado? Creo que se debe a todo un poco, a veces mentimos por miedo a la reacción de los demás, lo que mentir se vuelve una cadena inconsciente. Y, sin embargo, en otras ocasiones planeamos una mentira para competir contra alguien y creernos más "grandes" que al que mentimos. En definitiva, hay quien miente porque quiere herir y abusar de la gente, mientras que otros lo hacen para sentirse mejor y lograr algo sin herir a nadie. Podemos encontrar distintos tipos de mentiras, esta la inocente para evitar herir emocionalmente a los demás, la mentira beneficiosa para ayudar a alguien, la mentira maliciosa para ganar en situaciones o por venganza, y la mentira engañosa que se pretende hacer daño a alguien. Y la peor de todas las mentiras, el autoengaño, que uno no puede a veces controlar al no darse cuenta de que se está engañando a sí mismo. 

La mentira actúa como mecanismo de defensa, pero hay que poner un límite pues antes de mentir pensar en la dignidad y la diligencia, en la razón. En definitiva, nuestra sociedad se basa en mentiras y verdades, las cuales se hacen necesaria para llevarnos bien con nuestros amigos y familiares. Aquí un vídeo que reduce "La verdad honesta sobre la falta de honradez. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario