jueves, 7 de marzo de 2013

EL TREN DE LA VIDA

Algunas veces he pensado en ¿por qué no acabar aquí esta vida? ¿por qué no hacer la actuación final a todo esto? Si lo he pensado es por lo difícil que es vivir en algunos momentos, aunque haya otros realmente llenos de felicidad. Comparar la vida con un viaje en tren, investigando sobre esta metáfora encuentro un relato que me causa melancolía. 

"Nuestra vida es como un viaje en tren, lleno de embarques y desembarques, de accidentes en nuestro camino, así como de sorpresas agradables, con subidas y bajadas tristes o alegres. Cuando nacemos subimos al tren gracias a dos personas, nuestros padres, los cuales nos provocarán un gran viaje durante parte del trayecto. Pero desgraciadamente, ellos en alguna estación se bajarán y nunca volverán a subir, quedándonos huérfanos de protección. Pero a pesar de ello, nuestro viaje debe continuar. Conoceremos a otras personas (amigos, hermanos o amores) que estarán durante un corto o largo trayecto, compartiendo tristezas y alegrías con nosotros. En el tren viajarán personas, las cuales ayudan a los que necesiten y que dejarán recuerdos. Otras, sin embargo, viajarán lejos de nuestros asientos. Este viaje estará lleno de sueños, fantasías, esperas y llegadas, sabiendo siempre que tan solo tiene un recorrido, el de ida. Por ello el hecho de tener que viajar lo mejor posible, manteniendo una buena relación con los pasajeros. El gran misterio de este viaje es que no sabemos en cual estación nos tocará descender. Saber vivir es poder obtener lo mejor de todos los pasajeros."

Si no me bajo en la próxima estación es por esos pasajeros que he conocido durante mi trayecto, que en mayor o menor proporción me han causado buenas sensaciones. Por no ser egoísta aún no he pulsado el "stop" para la próxima parada, aunque no se trate por falta de ganas..

No hay comentarios:

Publicar un comentario