domingo, 21 de febrero de 2016

¿Fuerte, débil o aromático?

Un día una mujer joven se acercó a su padre y tristemente le dijo:
- Papá ¡estoy tan cansada de todo! tengo muchos problemas en el trabajo, en mi vida personal y no tengo fuerzas.. ¿qué puedo hacer?

Su padre le respondió:
- Permíteme mostrarte.

Puso en el fogón tres ollas de agua y trajo una zanahoria, un huevo y café. Luego puso un ingrediente en cada uno de los tres recipientes. Al cabo de algunos minutos apagó el fogón y le preguntó a su hija. 
- ¿Qué ha pasado con lo que puse en el agua?
- Pues papá, la zanahoria se coció, el huevo también. El café se disolvió. 
- Así es, pero si lo vemos más profundamente nos damos cuenta que la zanahoria, que era tan fuerte se hizo blanda y flexible. El huevo que parecía tan frágil y delicado se volvió duro. Su aspecto es el mismo, pero interiormente cambiaron, cada uno a su manera bajo una misma situación: el agua hirviendo. Lo mismo ocurre con las personas, las que parecen fuertes pueden resultar siendo las más débiles y aquellas que parecen más indefensas y delicadas se vuelven duras y rígidas...

- Vale pero ¿y el café?
- Ah, pues el café es lo más interesante. Se disolvió completamente en el ambiente hostil y lo cambió, hizo del agua hirviendo una bebida deliciosa y aromática. Hay personas que al entender que no pueden salir de determinada situación, deciden cambiarla y convertirla en algo positivo, poniendo a su disposición su conocimiento y a sí mismas para hacer de eso algo mejor. Es la elección de cada uno en qué convertirse tras pasar por una situación difícil. 


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