miércoles, 14 de mayo de 2014

Soy especial


¿Veis a esta niña tan guapa y gorda?

Pues esta niña soy yo. 


Cuando una persona es pequeña, que esté metidita en carnes, gordita, gordota, rellenita (o cualquier otro calificativo con respecto a su aspecto), es algo gracioso. La gente ve a tu madre, a tu padre o a cualquier familiar paseándote por la calle y lo primero que le dice "ahí que bien cría la tienes", "ahí que hermosa", "ahí que graciosa". Sí, a esa persona le hace mucha gracia y a tus padres también, tú que eres ese individuo "gordote", en ese instante no sabes que te ocurre pues te hace gracia todo, eres un bebé feliz y "gordote", pero feliz. 


Entonces pasa, que la sociedad es el ser más ruin que existe (en lo cual me incluyo). Creces y pasas de ser esa graciosa a esa gorda, así tal cual y literal. Debo decir que nunca (o casi nunca) mi físico ha sido una traba en mi vida diaria, quizás si un poco a la hora de vestir al no encontrar mucha ropa pues tener un cuerpo más grande que el correspondiente a tu edad hace que no haya tallas más grandes. Y na, así la vida pasa, transcurre, y hay que conseguir vivir con lo que te ha tocado pues una persona delgada no está así porque quiere ni una persona gorda tampoco. Hay ocasiones que si, vale, pues si no cuidas la alimentación y no haces deporte pues estás gorda. Pero cuando se es pequeña, la persona que está delgada no es porque haga deporte, creo que es más a causa del metabolismo de cada persona pues todos los niños comen chuches, dulces, comida rápida, y no todos están igual. Vale que cuando somos más adultos, unos están más delgados o más gordos por sus hábitos, eso si lo entiendo. Que yo esté más gorda que la vecina puede ser por ese motivo,  pero también digo que a cada persona le cuesta distinto sacrificio perder un kilo, ese kilo que igual es para mi que para una persona delgada. Y entonces llegamos al día de hoy, mi cuerpo ha variado más que un acordeón, variación que a veces he sabido controlar pero se me fue de las manos hace unos años. Conseguí reducir mi peso a niveles que ni cuando tenía 12 años, pero es lo que digo, ni el metabolismo ni mis hábitos me ayudaron. Vuelvo a descontrolarme y desbordarme a tal punto que ahora sí que no me encuentro bien conmigo misma. Lo peor de todo, no es que no me guste mi cuerpo o que la gente que pasa por la calle se quede mirando lo gorda que estoy (esto último creo que no sucede), lo peor es que dentro de mi casa, en mi propia familia, están las personas que más me echan en cara mi estado, este estado que no lo he elegido yo pues si por mi fuera tendría una talla 40 (no exijo menos). A tal punto hemos llegado que para algunas personas soy "especial", especial por no encontrar ropa en todas partes. Y yo creo que no lo soy, soy una persona igual que las que están delgadas, si soy especial me gustaría ser por otras cualidades (bien porque me lleve bien con todo el mundo o por conseguir sacarle una sonrisa a cualquier persona), pero por mi físico no, por eso no quiero ser especial. 

No lo soy.





No hay comentarios:

Publicar un comentario