domingo, 20 de enero de 2013

A tan sólo un paso

Del amor al odio tan sólo hay un paso, como se puede querer y de repente odiar a una misma persona. Intento cambiar mis sentimientos porque hemos vivido muchos momentos juntas pero mi cerebro puede más que mi corazón, los recuerdos alegres desaparecen cuando el cerebro se acuerda de los malos. Es irremediable no sentir odio, desprecio e incluso rencor cuando recuerdas que todo lo que viviste con ella es inolvidable y, sin embargo, ahora ya nada volverá a ser como antes. Es irremediable el no querer verla cuando paseas por las calles, el no querer que nada te recuerde a esa persona que te hace aún daño, a pesar de que se porta ahora bien contigo. 

El daño no siempre será físico, el peor de todos los daños es el que nos hacemos unos a otros sin que nos demos cuenta. Quizás dialogar nos lleve a la solución, quizás sea la cura para todo esto pero dar el primer paso es algo tan difícil de realizar que ni el peor de los momentos puede provocar que conversemos. 

La mejor solución que encuentro es olvidar todo lo sucedido, empezar de cero a partir de ahora. Yo lo puedo cumplir pero si a esto no hemos llegado por mutuo acuerdo, esa persona continuará teniendo en cuenta los buenos momentos vividos y entonces con tus actos serás una persona fría y desconocida para ella. 

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