domingo, 12 de abril de 2015

Volar es seguro, o eso dicen.

Entre los medios de transportes más seguros se encuentra el avión, por no decir que es el más. Cuando ocurren tragedias aéreas, deja mucho que desear esa seguridad, muchos somos los que debatimos ese hecho. Lo recientemente ocurrido en Francia hace que piense en el miedo, en la muerte y en la tristeza. Morir no es nunca agradable, y aún menos cuando familias, amigos, jóvenes forman parte de ello. No nos merecemos morir pero si es cierto que dependiendo de las características personales (la edad, sobretodo) es más o menos dura la situación. Lo recién ocurrido en el vuelo de Barcelona con destino a Düsseldorf ha sido una tragedia en toda regla. Jóvenes, grupo de amigos, con toda una vida por delante, quizás no hubiera derecho a que eso pasase. Que eso pase en un medio de transporte utilizado para viajar, para moverse de un lugar a otro con tanta facilidad y tan a menudo, no debería ocurrir. Pero sin embargo ocurre, y demasiado últimamente, más de lo que se espera.. 
..y esperando, esperando, esos puntos suspensivos a la tragedia inesperada los puedo concluir, los puse y ahora ya se pueden borrar. De este post quitar pues el efecto inesperado, accidental y tragedia. Bueno sí, tragedia sigue siendo, pero con un toque de "con posibilidad de haberse evitado". Resulta que el accidente fue provocado, fue a ciencia cierta un plan a sangre fría, o quizás no tan planeado pues poco se puede investigar ahora de los motivos personales y que le llevó a cometerlo. Lo que si alivia es la esperanza de seguir viajando en avión sin tener los pelos de punta por el qué ocurrirá. Al menos, subiremos a un avión esperando que el piloto no decida acabar con nuestros planes de vida. Mejor motivo emocional sería si un pájaro, un fallo humano o un problema en los motores acabara con nosotros. Un "menos peor" estado anímico dejará en nuestros familiares el saber que se hizo todo lo que se pudo por salvarnos pero el destino lo quiso así. Mejor eso a pensar que una persona acabó contigo y te estrelló en medio de las montañas como el que tira una peonza al suelo, sin el más mínimo remordimiento, pues tuvo minutos en los que el avión descendía, para poder arrepentirse y ni por esas lo hizo. O eso dicen, pues sabremos lo que quieran que sepamos, ni una información más ni menos.

Pero por "defenderlo" de alguna manera, ya en otros momentos he comentado, no podré saber que pasa por la cabeza de una persona para querer quitarse la vida y en este caso más allá, con acabar con 149 personas desconocidas que dejan atrás familiares, al igual que él. Poniéndome en su lugar, podría llegar a medio entender el suicidio. Pero lo ocurrido, eso es inexplicable, aún así, hay que estar en su lugar para entender el cómo y el por qué.

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